"La presunción de inocencia es algo más que una mera declaración de principios democráticos, es un derecho fundamental que tiene una doble dimensión. De un lado, es una regla probatoria o regla de juicio y, de otro, regla de tratamiento del imputado, no siendo posible concebir ambas dimensiones por separado: el sospechoso ha de ser tratado como inocente mientras no se demuestre lo contrario, a través de un juicio justo, celebrado con todas las garantías, en el que se acredite la culpabilidad de la persona, sólo entonces podrá el Estado imponer la pena. Es, llanamente, una de las piedras angulares del Estado de derecho. Se tardaron siglos en la conquista de este derecho, su defensa nos compete a todos."
Gabriela Bravo Sanestanislao, "Presunción de inocencia y cultura democrática", El País, 11-12-2009