Europa Pres, 3-4-2008: "El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, llamó hoy a los ciudadanos de su archidiócesis a que realicen plegarias para que Dios les conceda 'el don preciado de la lluvia' (...)"
A estas alturas no vamos a dudar de la existencia de Dios: cualquier creyente demuestra su existencia (en la medida en que lo alberga en su interior, que lo hace real "dentro de si", Dios existe, es una realidad irrebatible).
Pero enternece, sorprende, maravilla, desconcierta, etc., que personas cultivadas como el señor cardenal arzobispo crean en un dios así, un dios sensible a las plegarias... ¿Y si los promotores de las desaladoras o de los trasvases le rezan a su vez para que no llueva? ¿Qué plegarias debe atender? ¿Las más ajustadas "al interés social"? ¿Como el agua que "concedió" a los afectados por el maremoto del Índico de 2004, en el que murieron más de 200.000 personas?