La historia de la Tierra es sólo una pequeña historia dentro de la historia del Universo. Quizás incluso el Universo es sólo una pequeña historia dentro de la historia de un conjunto de universos desconocidos...
El Universo existe desde hace unos 13.000 millones de años. Dentro del Universo hay más de 100.000 millones de galaxias, formadas a su vez por miles de millones de estrellas. Una de estas galaxias es la Vía Láctea, una de cuyas estrellas es el Sol.
Parece que la vida en la Tierra apareció cuando ésta se empezó a enfriar, hace unos 4.000 millones de años. A partir de las primeras moléculas orgánicas, los aminoácidos, se empezaron a formar células cada vez más complejas. La diversificación de las células permitió, hace unos 1.000 millones de años, las primeras formas de vida pluricelulares vegetales, y 100 millones de años después, siguiendo otra línea evolutiva, las primeras formas de vida pluricelulares animales. Los primeros vertebrados, los peces, aparecieron hace unos 530 millones de años. Hace unos dos millones de años aparecieron los primeros animales clasificados dentro del género Homo, y hace unos 200.000 años el Homo Sapiens.
Como decía el filósofo griego Heráclito hace 2.500 años, todo cambia, la norma es un proceso constante de transformación, de nacimiento y destrucción del que nada se escapa.
A causa del incremento de la radiación solar, dentro de 1.000 millones de años la superficie de la Tierra se volverá inhabitable. Mucho antes habrán desaparecido todos los mamíferos, nosotros entre ellos. Incluso desaparecerá el Sol: dentro de unos 5.000 millones de años, sus reservas de hidrógeno se habrán agotado y empezará a expandirse, convirtiéndose en una masa gigante fría.
Si pensamos en la historia del Universo, nos damos cuenta de que somos completamente insignificantes. Pero ésta no es la única medida de las cosas. La conciencia de nuestra fugacidad y pequeñez no nos tiene que hacer olvidar otra cosa igualmente verdadera. Es cierto que somos efímeros. Pero también es cierto que ahora estamos aquí, y en función de lo que hagamos o dejamos de hacer nuestra vida será más armoniosa, la vida de nuestros hijos más fácil y sencilla, el actual equilibrio medioambiental más sostenible y la vida del conjunto de la humanidad más agadable.